Los combates iniciados el 7 de Agosto a partir del accionar bélico por parte del ejército georgiano en territorio de la República independiente de facto de Ossetia del Sur fueron el comienzo de la llamada Guerra de Georgia o Guerra en Ossetia del Sur.
Por orden directa del presidente de Georgia, Mijeil Saakashvili, de tomar el control del enclave ossetio, los ejércitos iniciaron la ofensiva sobre Tsjinval. En la región se encontraban fuerzas de paz rusas, que, al verse frente al ataque georgiano, decidieron tomar las armas. Este acto fue considerado por Tbilisi como una declaración de guerra, cuando Moscú consideró lo mismo al ver como las tropas que ingresaban a la capital ossetina atacaban ciudadanos Rusos. La escalada del conflicto tiene su reflejo en las imágenes emitidas por los medios durante las semanas de conflicto más crudo.
Ossetia del Sur, auto proclamada república independiente, es una nación que aún hoy busca el reconocimiento internacional de su emancipación. Está ubicada en la región norte de Georgia y limita con la provincia de la Federación Rusa, Ossetia del Norte. Como si los efectos de la caída del muro de Berlín no terminarán nunca, es posible reconocer en esta provincia "rebelde" (como la consideran desde Georgia) los razgos de una nación separatista que apunta a lo que han logrado, a fuerza de balance entre conflicto y diplomacia, otras naciones de la ex-URSS. Entre ellas podríamos listar a las hoy conocidas como Croacia, Serbia, Montenegro y la flamante Kosovo. Incluso, siguiendo uno de las herramientas más democráticas como es la del llamado a un referéndum, el 19 de Enero de 1992, la mayoría de sus habitantes votó a favor de su anexión a Rusia en pos de una unión con Ossetia del Norte.
Es indudable que la historia nos da un fundamento, en este caso, étnico para explicar el separatismo con Georgia. La Alta Ossetia, como se la conocía en la literatura militar soviética de mediados de siglo XIX, era la unión de las regiones georgianas de Racha, Imereti y Shida Kartli donde se fue asentando la población que migró del Cáucaso del Norte.
Suena un tanto contradictorio el hecho de auto proclamarse "república independiente" cuando casi el 90% de la población votó a favor de unirse a una nación (potencia, no lo olvidemos) como una más de sus provincias.
Sin embargo, si se analiza la relación que ha tenido la nación ossetia con la federación rusa es posible llegar a comprender este comportamiento. Es sin duda Moscú el padre protector que Ossetia del Sur ha tenido mal que le pesé a Georgia y a todos sus intentos por ganar el interés de una región que está decidida a emanciparse por completo para formar parte de la federación rusa. El hecho más relevante en materia de relaciones entre Rusia y Osetia es sin duda la extensión que Vladimir Putin realizó a los ossetios de obtener la ciudadanía Rusa. En medio del actual conflicto, es una motivación (o una justificación) el hecho de que Moscú haya salido a defender a sus ciudadanos contraatacando y denunciando de genocida al gobierno de Saakashvili.
Ni santos ni demonios. Estamos hablando de un conflicto bélico en el que los intereses en juego van más allá que el controlar Tsjinval o impedir el progreso de una región separatista. Georgia es uno de los tantos países de Europa Oriental que colaboran con la política exterior de los Estados Unidos (Ver "ENEMIGOS INTIMOS") y es Mijeil Saakashvili, su presidente, una figura política pro-occidente que deja sinsabores en los paladares del Kremlin. Y, por si fuera poco es una nación con intenciones de pertenecer a la OTAN. Su admisión en la Organización del Tratado del Atlántico Norte depende de varios factores, pero hay un escollo primordial que Saakashvili parece haber intentando resolver por medio de la fuerza bélica: para ser un estado miembro no puede tener problemas territoriales pendientes de solución.
A esto hay que sumarle el hecho de que Georgia es estratégicamente recelada por los EEUU debido a que en caso de un posible conflicto bélico con Irán sería el perfecto puesto de avanzada para los americanos por estar ubicada a sólo 100 km de distancia. Sin olvidar que las rutas energéticas que trasladan petróleo y gas desde los pozos rusos hasta Europa tienen el mantenimiento y desarrollo de la ingeniería americana a su disposición. No olvidemos que cualquier escalada en el conflicto no sólo desabastecería a más de la mitad del viejo continente sino que además dispararía aún más el precio del barril de crudo que ya alcanzó los U$S 120. Finalmente, como dato no menor, Barack Obama acaba de elegir al senador por Delaware Joe Biden ni más ni menos que por su experiencia en política internacional.
Algunos analistas tienen la certeza de que esta guerra fue un grueso error de cálculo del presidente georgiano quien o no se imaginaba semejante intervención por parte de Rusia o si estaba en sus plantes también lo estaba el hecho de que salieran a socorrerlo desde Washington, riesgo que la Casa Blanca no estaría dispuesta a correr.
Nicolas Sarkozy, en carácter de presidente temporal de la Unión Europea logró que Saakashvili y Dimitri Medvédev (actual premier ruso) firmarán un acuerdo de seis puntos en el que se comprometían, entre otras cosas, a renunciar al uso de la fuerza, cese definitivo de todas las acciones militares y libre acceso a la ayuda humanitaria.
A pesar de los intentos de la Unión Europea por llegar al fin del conflicto y que ambas partes depongan sus actitudes violentas, el presidente de Georgia dijo: "no nos rendiremos jamás" detallando que Moscú puso como condición su renuncia previo a la firma del acuerdo. Resta preguntarse que tan bien ha caído esta declaración en los ciudadanos de Ossetia del Sur que parece que aún no verán el fin de un conflicto que les ha dejado sin hogar, sin familia y por sobre todo, sin paz.

Por orden directa del presidente de Georgia, Mijeil Saakashvili, de tomar el control del enclave ossetio, los ejércitos iniciaron la ofensiva sobre Tsjinval. En la región se encontraban fuerzas de paz rusas, que, al verse frente al ataque georgiano, decidieron tomar las armas. Este acto fue considerado por Tbilisi como una declaración de guerra, cuando Moscú consideró lo mismo al ver como las tropas que ingresaban a la capital ossetina atacaban ciudadanos Rusos. La escalada del conflicto tiene su reflejo en las imágenes emitidas por los medios durante las semanas de conflicto más crudo.
Ossetia del Sur, auto proclamada república independiente, es una nación que aún hoy busca el reconocimiento internacional de su emancipación. Está ubicada en la región norte de Georgia y limita con la provincia de la Federación Rusa, Ossetia del Norte. Como si los efectos de la caída del muro de Berlín no terminarán nunca, es posible reconocer en esta provincia "rebelde" (como la consideran desde Georgia) los razgos de una nación separatista que apunta a lo que han logrado, a fuerza de balance entre conflicto y diplomacia, otras naciones de la ex-URSS. Entre ellas podríamos listar a las hoy conocidas como Croacia, Serbia, Montenegro y la flamante Kosovo. Incluso, siguiendo uno de las herramientas más democráticas como es la del llamado a un referéndum, el 19 de Enero de 1992, la mayoría de sus habitantes votó a favor de su anexión a Rusia en pos de una unión con Ossetia del Norte.
Es indudable que la historia nos da un fundamento, en este caso, étnico para explicar el separatismo con Georgia. La Alta Ossetia, como se la conocía en la literatura militar soviética de mediados de siglo XIX, era la unión de las regiones georgianas de Racha, Imereti y Shida Kartli donde se fue asentando la población que migró del Cáucaso del Norte.
Suena un tanto contradictorio el hecho de auto proclamarse "república independiente" cuando casi el 90% de la población votó a favor de unirse a una nación (potencia, no lo olvidemos) como una más de sus provincias.
Sin embargo, si se analiza la relación que ha tenido la nación ossetia con la federación rusa es posible llegar a comprender este comportamiento. Es sin duda Moscú el padre protector que Ossetia del Sur ha tenido mal que le pesé a Georgia y a todos sus intentos por ganar el interés de una región que está decidida a emanciparse por completo para formar parte de la federación rusa. El hecho más relevante en materia de relaciones entre Rusia y Osetia es sin duda la extensión que Vladimir Putin realizó a los ossetios de obtener la ciudadanía Rusa. En medio del actual conflicto, es una motivación (o una justificación) el hecho de que Moscú haya salido a defender a sus ciudadanos contraatacando y denunciando de genocida al gobierno de Saakashvili.
Ni santos ni demonios. Estamos hablando de un conflicto bélico en el que los intereses en juego van más allá que el controlar Tsjinval o impedir el progreso de una región separatista. Georgia es uno de los tantos países de Europa Oriental que colaboran con la política exterior de los Estados Unidos (Ver "ENEMIGOS INTIMOS") y es Mijeil Saakashvili, su presidente, una figura política pro-occidente que deja sinsabores en los paladares del Kremlin. Y, por si fuera poco es una nación con intenciones de pertenecer a la OTAN. Su admisión en la Organización del Tratado del Atlántico Norte depende de varios factores, pero hay un escollo primordial que Saakashvili parece haber intentando resolver por medio de la fuerza bélica: para ser un estado miembro no puede tener problemas territoriales pendientes de solución.
A esto hay que sumarle el hecho de que Georgia es estratégicamente recelada por los EEUU debido a que en caso de un posible conflicto bélico con Irán sería el perfecto puesto de avanzada para los americanos por estar ubicada a sólo 100 km de distancia. Sin olvidar que las rutas energéticas que trasladan petróleo y gas desde los pozos rusos hasta Europa tienen el mantenimiento y desarrollo de la ingeniería americana a su disposición. No olvidemos que cualquier escalada en el conflicto no sólo desabastecería a más de la mitad del viejo continente sino que además dispararía aún más el precio del barril de crudo que ya alcanzó los U$S 120. Finalmente, como dato no menor, Barack Obama acaba de elegir al senador por Delaware Joe Biden ni más ni menos que por su experiencia en política internacional.
Algunos analistas tienen la certeza de que esta guerra fue un grueso error de cálculo del presidente georgiano quien o no se imaginaba semejante intervención por parte de Rusia o si estaba en sus plantes también lo estaba el hecho de que salieran a socorrerlo desde Washington, riesgo que la Casa Blanca no estaría dispuesta a correr.
Nicolas Sarkozy, en carácter de presidente temporal de la Unión Europea logró que Saakashvili y Dimitri Medvédev (actual premier ruso) firmarán un acuerdo de seis puntos en el que se comprometían, entre otras cosas, a renunciar al uso de la fuerza, cese definitivo de todas las acciones militares y libre acceso a la ayuda humanitaria.
A pesar de los intentos de la Unión Europea por llegar al fin del conflicto y que ambas partes depongan sus actitudes violentas, el presidente de Georgia dijo: "no nos rendiremos jamás" detallando que Moscú puso como condición su renuncia previo a la firma del acuerdo. Resta preguntarse que tan bien ha caído esta declaración en los ciudadanos de Ossetia del Sur que parece que aún no verán el fin de un conflicto que les ha dejado sin hogar, sin familia y por sobre todo, sin paz.
